Antes de convertirse en uno de los cerebros del mediocampo del Real Madrid, Toni Kroos ya había demostrado su calidad con el Bayern de Múnich. Su paso por el club bávaro fue esencial no solo para su desarrollo personal, sino también para marcar una etapa de dominio del Bayern sobre el Borussia Dortmund, una rivalidad que redefinió el equilibrio de poder en Alemania. En aquellos años, muchos aficionados lucían con orgullo su camiseta replica futbol del Bayern con el número de Kroos, símbolo de una generación ganadora y técnica.
Kroos debutó con el primer equipo del Bayern en 2007 con tan solo 17 años, y rápidamente se ganó un lugar entre los grandes. Su precisión en el pase, su visión de juego y su serenidad bajo presión lo hicieron destacar en una plantilla repleta de figuras. Aunque fue cedido por un breve tiempo al Bayer Leverkusen, su regreso a Múnich fue clave para el resurgimiento del equipo.
Uno de los periodos más intensos de su carrera en Alemania fue el enfrentamiento constante con el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp. Durante las temporadas 2010-2013, Dortmund puso en jaque al Bayern, conquistando títulos locales y demostrando una propuesta de fútbol intensa y ofensiva. Kroos, junto con otros jugadores como Lahm, Schweinsteiger y Müller, fue fundamental para que el Bayern recuperara el control del campeonato, especialmente en la temporada 2012/13, cuando el club bávaro conquistó el triplete.
En la final de la Champions League 2013, el Bayern se impuso al Dortmund en Wembley con un 2-1 que se recuerda como uno de los partidos más vibrantes del fútbol europeo. Aunque Kroos no jugó esa final por lesión, su papel en la campaña europea fue indiscutible. Su ausencia se sintió, pero también reflejó lo importante que se había vuelto para el equipo.
Su influencia en los clásicos contra el Dortmund fue enorme: cada encuentro era una muestra de su capacidad para controlar el ritmo del juego, romper líneas de presión y generar oportunidades desde el centro del campo. Estos partidos no solo tenían impacto deportivo, sino también social y cultural en Alemania, enfrentando dos filosofías de club y estilo de juego muy distintas. Y en ese contexto, Kroos brilló como un futbolista cerebral y determinante.
Tras conquistar múltiples títulos en Alemania, Kroos dio el salto al Real Madrid en 2014, llevando consigo toda la experiencia adquirida en un entorno de alta competencia. Su legado en el Bayern permanece como el de un jugador que fue clave para devolver al club su hegemonía, especialmente frente a su máximo rival nacional.