El debut de Harry Kane con la selección absoluta de Inglaterra fue simplemente inolvidable. En un amistoso frente a Australia, el joven delantero del Tottenham anotó un triplete que no solo asombró al público presente, sino que también encendió una nueva esperanza para el futuro del fútbol inglés. Desde entonces, muchos hinchas buscaron camisetas de futbol replicas exactas con su nombre y número, deseando conservar ese recuerdo glorioso de sus primeros pasos como internacional.
El partido, disputado en el estadio Stadium of Light, sirvió como preparación para la Eurocopa y como una plataforma para probar a nuevos talentos. Pocos esperaban una actuación tan brillante de un jugador que apenas comenzaba a sonar en la Premier League. Kane no necesitó mucho tiempo para dejar su marca: en los primeros minutos del encuentro, ya había generado peligro con su movilidad, potencia y olfato goleador.
Su primer gol llegó tras un centro desde la banda derecha, donde se anticipó a la defensa australiana con un cabezazo preciso. El segundo fue una obra de técnica y potencia: tras un pase filtrado, controló con maestría y definió con un disparo cruzado que dejó sin opciones al guardameta. El tercero, completando el hat-trick, fue el resultado de una presión alta que él mismo lideró, recuperando el balón y finalizando con frialdad.
El impacto del triplete fue inmediato. Los medios británicos no tardaron en elogiar su instinto goleador y su inteligencia en el campo. La selección, que había estado buscando una figura sólida en ataque desde hacía tiempo, encontró en Kane a su referente del futuro. Su actuación no solo lo consolidó en la plantilla para la Eurocopa, sino que también generó una conexión instantánea con la afición inglesa.
Además del rendimiento deportivo, la imagen de Kane celebrando sus goles capturó el imaginario de los seguidores, especialmente por lo que representaba: un nuevo comienzo, una nueva estrella nacional naciendo en la escena internacional. Los cánticos, las banderas y la emoción en las gradas confirmaron que Inglaterra tenía un nuevo ídolo.
A partir de ese día, Harry Kane se mantuvo como una pieza central del esquema inglés en torneos importantes, demostrando que aquel debut frente a Australia no fue una casualidad, sino el inicio de una carrera internacional llena de logros.