Añade que el día al día de los niños internos en el hospital tiene «muchos momentos de aburrimiento», lo cual dio pie a la campaña: «Lo que más influye en la capacidad de los pacientes para hacer frente a su enfermedad es su estado de ánimo. Lo que conseguimos con las batas es mejorarlo y hacer que se sientan más fuertes con los colores de su equipo y el nombre de su ídolo en su espalda».