El eje de esta defensa de Rojo se reforzó con un central internacional que el preparador conocía bien: su colega Patxi Salinas, que fue el complemento a la solvencia y clase de Jurić. Reintegrado una vez más en la Primera División, durante la temporada 1992-93 Chechu Rojo consiguió dotar al equipo de una solidez defensiva que proporcionó a su portero el Trofeo Zamora por el menos goleado empatado con Paco Liaño.